miércoles, 17 de junio de 2015

Guatemala


Partimos de la isla de Roatán invitados en un vuelo de la línea TAG/CM que pertenece al yerno de mis primos los Aramburú Torielo, en un excelente avión SAAB A320 de fabricación sueca. Previa escala técnica en San Pedro de Sula, llegamos al aeropuerto internacional La Aurora de Guatemala en tan solo una hora y media.

Nos sorprendió este aeropuerto por su diseño y buen manejo del turista en la parte migraciones y aduanas, lo cual catalogaré con cuatro estrellas sobre cinco. A la salida nos esperaba mi primo Eduardo Torielo, a quien había conocido en Lima cuatro años atrás en una primera reunión familiar Aramburú que congregó a más de 500 parientes venidos de varios países. Nos llevó a su estupenda casa, donde nos relajamos con algunos whiskies on the rocks más las botanas de ley. Él ya nos había organizado un plan para los próximos cuatro días, que serían los días que nos quedaríamos en este país.

Aeropuerto Internacional La Aurora

Esa noche nos fuimos con mi otra prima, María Elena, y su simpático y erudito arquitecto Germán a la ciudad de ANTIGUA, perteneciente a la Capitanía de Guatemala que, conjuntamente con México y Perú, tenía la condición de Virreinato.

Nos alojamos en el magnífico CASA SANTO DOMINGO HOTEL MUSEO, en una suite de dos habitaciones con todas las comodidades de ley, con terraza y vista al famoso VOLCÁN DE AGUA.

A la mañana siguiente salimos muy temprano para ir a LA REUNIÓN GOLF AND CONDOMINIUM RESORT, a unos 25 minutos de distancia, para gozar de la vista de los dos más importantes volcanes, a decir, el del Agua y el de Fuego, mientras nos regalábamos un desayuno guatemalteco en las instalaciones del club (altamente recomendable este paseo, además no necesitan ser socios del club para entrar, basta indicarle a la seguridad que vienen de mi parte a tomar desayuno y listo).


Vista desde La Reunion Golf and Condominium Resort
Tienen dos opciones: la primera es tomar el buffet (que es muy bueno), la segunda - a la cual nos acogimos ya que estábamos cansados de los buffets mañaneros de los hoteles donde nos habíamos alojado previamente - es tomar el desayuno a la carta. Resultó ser una excelente opción. Elegimos EL GUATEMALTECO, que trae dos huevos estrellados acompañados de salsa ranchera, frijol volteado, queso de capas y plátano frito. El siguiente se apellidaba HUEVOS DIVORCIADOS y consistía en dos huevos estrellados sobre quesadilla de jamón, bañados con salsas roja y verde y acompañados de frijol volteado, plátano frito y papas de la casa. El tercero, de nombre BENEDICTINO, trae dos huevos poché sobre english muffin, salmón, espinaca y suave salsa holandesa, todo servido con frutos rojos y tomate asado. Estos desayunos fueron acompañados con cestas de pan, tortillas guatemaltecas, un buenísimo y famoso café local y fresco jugo de fruta natural.

Después de opíparo desayuno regresamos a ANTIGUA y nos dedicamos a recorrer esta ciudad colonial, que es una joya y es el principal atractivo turístico de Guatemala: sus calles, casas, iglesias, plazas, museos, palacios, hoteles, restaurantes, tiendas de artesanías, tiendas de arte y diseño, más los condominios privados y fincas la hacen un ONCE IN A LIFETIME EXPERIENCE.

Como ya era cerca de la una de la tarde y era necesario restaurarse como manda el código, hicimos un stop para un aperitivo en el PALACIO DE DOÑA LEONOR, que tiene un simpático bar además de restaurante y hotel boutique. Nosotros ordenamos unas margaritas (que estaban muy buenas) además de frutos secos para acompañarlas. Creo que para un break vale la pena. Además, en frente hay un bistró francés très mignon por si estás en esa nota.

El Palacio de Doña Leonor
Mi elección de almuerzo - haciéndole caso a mi amigo Orlando Berrios - fue el restaurante MESÓN PANZA VERDE, que también es un bar-lounge, restaurante y hotel boutique. Acá podrán probar platos típicos con un ligero toque fusión, lo que le da un cierto carácter especial a algunos platos como el PUYAZO (que es un corte de carne acompañado de papas al romero y mantequilla de hierbas): unas excelentes COSTILLAS DE PUERCO asadas con un toque de anís estrella, un mix de berenjenas con polenta y fruta seca, SOPA DE CHIPLÍN (de caldo de pollo, hierbas mayas, aguacate y tomate, que es muy típico), más un CAMARÓN COCO, dos botellas de buen vino Casa Lapostolle Sauvignon Blanc, café y postre por unos US$160.00 por cuatro personas.


Mesón Panza Verde
A las 4 de la tarde nos dirigimos al CERRO SAN CARLOS, donde en el helipuerto nos recogieron mi primo Eduardo y su yerno Jonathan en su helicóptero francés de dos turbinas y con capacidad para seis personas, más bodega; es como el Ferrari aéreo.

De camino a la casa de playa en PUERTO QUETZAL aprovechamos para pasear por los volcanes del agua y fuego. Este último está activo, echando fumarolas y lava volcánica de vez en cuando. También aprovechamos para sobrevolar los ingenios azucareros y lo más interesante es que me permitieron, por unos 15 minutos, tomar los controles. Fue una experiencia única pues nunca había pilotado, así que ¡acabo de agregar a mi CV algo único! ¡Que vivan los primos por convertirme, en un acelerado curso, en chef-piloto!

Aterrizamos en el patio de la propiedad, donde nos aguardaba la familia completa de Eduardo: su mujer Patty, sus tres hijas mujeres, su hijo Luis Eduardo, los yernos, la nuera y siete nietos. Son la más encantadora familia que uno pueda desear.

Vista aérea de Puerto Quetzal
Esa noche nos habían preparado una cena típica con CHILAQUES y harto ron ZACAPA, hijo natural de Guatemala.

A la mañana siguiente (7am) salimos a la pesca del PEZ VELA en el yate familiar de nombre TRIPLETA - ¡tremendo! - de 42 pies, con torre de pesca y ocho cañas profesionales, más un cocinero y un jardinero como tripulación con un expertise en pesca inigualable. A las 25 millas náuticas echamos las cañas y tuvimos el privilegio de sacar ocho peces vela - en la modalidad de Catch and Released - en el lapso de una hora y media, ¡lo cual no está nada mal! Quedamos súper contentos con esta experiencia y lo bueno es que, como está prohibido por ley sacarlos del mar, hay abundancia para practicar este deporte. Fue una exquisita experiencia llena de emociones. Gracias mi primo Eduardo, que sin su cariño esto no hubiese sido posible.

Esa noche nuevamente pudimos disfrutar unas ENCHILADAS GUATEMALTECAS que estaban de dioses. Recomiendo explorarlas y hacerlas en casa.


Enchiladas Guatemaltecas
Muy temprano al día siguiente salimos de pesca nuevamente, esta vez en otra embarcación de la familia: un bote Robalo con dos motores de 200 caballos para pesca de arrecife. Fuimos en busca de meros, sierras y pargos. Solo les comentaré que fue una aventura muy fructífera, divertida y sobre todo muy entretenida; nuevamente fue un gol de media cancha. Estamos en el paraíso de la pesca del Océano Pacífico y lo digo con mucha humildad: vengan a pescar aquí si son aficionados; será toda una experiencia y con resultados al 100 % (que es increíble para lo que nos ofrecen por otros lares).

Pez Vela en Guatemala
Con mucha pena, al final de la tarde y después de una exquisita parrilla con PUYAZO, ENTRAÑA, un ARROZ DE COCO CON FRIJOLES, AGUACATE Y BUENOS PICANTES, nos regresamos a Ciudad de Guatemala a alojarnos en el hotel Intercontinental (altamente recomendable, por US$ 250.00 la noche). Esa será la última noche en GUATEMALA, la cual dejaremos en un vuelo de AA a las 7 de la mañana con destino CLEVELAND (donde viajamos por asuntos personales).

No tengo palabras para describir la experiencia de haber estado en este hermoso país. Nos vamos con mucha pena - ya que hay muchas cosas por descubrir y visitar - prometiendo regresar muy pronto a visitar TICAL o TIKAL, a mis primos nuevamente y otros tesoros de este país.

Quiero agradecer profundamente a la Familia Torielo Aramburú por habernos recibido con tanto amor y cariño, tanto que se nos hizo un nudo en la garganta al tener que despedirnos. Estaremos en deuda para siempre. Gracias Eduardo, gracias Patty, gracias a sus maravillosos hijos y nietos, gracias María Elena y Germán; nunca los olvidaremos, están en nuestros corazones por siempre.

¡Buen Apetito!

Alfredo