domingo, 21 de agosto de 2011

Cuatro Días de Junio en Madrid


Llegamos como a las tres y media de la tarde a Barajas procedentes de Vigo, con la suerte de haber hecho este corto viaje de poco más de una hora con muy buen clima y felizmente en Business (a esta edad ya no se puede volar en Chicken Class) donde la vida se mira con una mejor perspectiva.

Aeropuerto de Barajas

Ya nos estaban esperando en  nuestro piso en Mirasierra con muchas cosas ricas como la última vez: langostinos frescos cocidos al vapor, jamón de bellota cortado a cuchillo, queso brie trufado con trufas del Perigord (valga la redundancia), lomo embuchado, mini fuet de muy buena factura, salchichón Joselito, la infaltable tortilla de patatas a la española y dos espigas de un pan extremadamente crujiente que amainó nuestras angustias culinarias, ya que en los aviones es muy difícil (no digo imposible) poder comer algo decente sin que lo recalienten hasta el punto de aniquilar lo que piensan que es comida gourmet.

Trufa Negra o de Perigord en Estado Natural

Como habíamos quedado en cenar con unos amigos, pactamos encontrarnos a las nueve y treinta en un restaurante llamado Nina, en calle Manuela Malasaña 10, donde para la espera se ordenó:

Berenjenas crujientes, marinadas en leche y miel (vienen acompañadas de salmorejo).
Croquetas de Cabrales sobre zócalo dulce de membrillo.
Surtido de rollitos orientales especiales de la casa.
Milhojas de queso de cabra, gelatina natural de tomate y albahaca, anchoas del Cantábrico y vinagreta de verduritas.
Ensalada de ventresca de atún del Mediterráneo con aceite de gambas, tomates, pan inglés tostado y bouquet de brotes verdes.

Restaurante Nina

Cuando la mesa se completó con los diez comensales pactados, se procedió a ordenar los fondos:
Ensalada de bacalao en láminas sobre muselina de patata, pisto tradicional y salsa ligera de ajo.
Salmorejo  cordobés con aceite Baena y huevo de codorniz relleno de pasta de sardina.
Wok de verduritas salteadas con sésamo y soya.
Carpaccio de solomillo de buey con salsa francesa, pan de ajo y helado de aceite de oliva.
Lubina sobre hojaldre con cebolla caramelizada y casse de tomate con orégano.
Carré de cordero lechal relleno de butifarra fresca y trufa negra en salsa de oporto y ciruelas (esto pedí yo).
Solomillo de buey a la parrilla con sal gorda, patatas tradicionales y pimientos del país.
Mollejitas de lechal salteadas al ajo con habitas baby, huevo poché y brochetita de gambón con sal ahumada.
Ravioles rellenos de pesto y trufa negra al vapor con aceite de orégano y olivas.
Postres ligeros para terminar con maestría  esta copiosa cena descrita.
Tarta de queso al estilo New York.
Tatín de manzana caliente con helado de vainilla.
Espuma de chocolate blanco con fruta de la pasión.
Tarta de chocolate con chocolate caliente.
Cafés, aguas minerales, gaseosas y dos botellas de vino.

250 euros por las 10 personas, un regalo. Vayan, la van a pasar bien. Antes de dormir unos ricos chocolatitos suizos para calmar los nervios.

La Moraga, Espacio de Dani García, en El Corte Inglés

A la mañana siguiente Michelle y el que escribe nos fuimos a tomar desayuno a Lamoraga, que es un pequeño gastrobar dentro del Corte Inglés localizado en Goya (solo hay siete: tres en Marbella y tres en Málaga). Estos pequeños locales están situados dentro de la sección gourmet de las tiendas y la pequeña carta está dirigida por Dani García, un cocinero español poseedor de una estrella Michelin y uno de los padres de la cocina con nitrógeno (lo conocí en Mistura). Nos pedimos una mini hamburguesa de rabo de toro (que siempre la pedimos), unas papas aliñadas y dos buenos finos bien fríos. Nada más para comenzar el día.

Como este local está situado dentro de la sección gourmet ya se podrán imaginar mi canasta de productos para llevar a Lima:

5J Sánchez Romero, Joselito y Carrasco, más un nuevo elegido de procedencia extremeña en jamones, fuet de varias casas, secreto Ibérico,  foie gras mi cuit, sales del mundo, aceites sin filtrar, lacón, queso brie con trufas (entre otros), angulas, pulpo gallego, anchoas de las mejores… Solo para terminar en esta primera pasada: 750  euros.Todavía me falta una tienda gourmet de Madrid más el Hipercor o el Mercadona, lo que me quede más cerca.

Mini-Hamburguesa de Rabo de Toro en La Moraga

Como en España los zapatos son buenos y están en una crisis de PM, compramos algunos pares para matar el tiempo mientras aguardábamos a unos amigos para almorzar tarde (4 PM). 

Nos fuimos a un sitio muy de moda donde es difícil conseguir mesa. Se llama Bar Tomate, con dirección Fernando El Santo 26. Pertenece al Grupo Tragaluz, que tiene un imperio de locales (15) en  Madrid y Barcelona, como los conocidos Mordisco, Tragaluz, Principal,  La Xina, Bar Lobo, Agua, Moovida, etc. (recomiendo entrar a su web www.grupotragaluz.com). Precisamente por la hora no hubo problemas para entrar a disfrutar en calma de una buena botella fría de verdejo para amainar los 30 grados que hacía afuera. Como no podía ser de otra manera, ordenamos pan con tomate en rama que estaba mucho más sabroso que el pan tomaka catalán: no lleva ajo, su tomate es más suave,  es de rama y el pan casi no tiene miga (es crujiente y viene tibio); unas croquetas variadas de cepes con aromas de trufas, pollo y de jamón, más unas papas Buthan que vienen con guindillas y pimientos. Costo por cuatro piqueos y vino: 50 euros. No se pudo almorzar: la cocina estaba cerrada por la hora (solo piqueos).

Carta del Bar Tomate

Afiche del Bar Tomate

Me olvidaba de comentarles que camino al Bar Tomate pasamos por la Cervecería Santa Bárbara localizada en la plaza del mismo nombre.  A lo mismo: a beber un par de buenas copas para el calor que empieza a calentar demasiado las tardes madrileñas.

Esa noche teníamos plan para salir a cenar a un buen restaurante localizado en La Castellana, pero no da el cuerpo así que nos hemos comprado un poco de lacón cortado a cuchillo, dos buenos quesos franceses, una tortilla de cebolla más un foie mi cuit: nos vamos a casa a disfrutar y aprovechar para escribir un poco... Hasta mañana los pastores!!!

Anchoas de la Familia Sanfilippo

Nos hemos levantado sin prisa esta mañana, sin plan alguno por cierto más que disfrutar del buen clima, pasear por las calles madrileñas llenas de sabor e historia… y veremos dónde recalamos para jantar.

Salimos  con la intención de ir al Museo del Prado aparte del paseo convenido, pero hicimos una pascana previa donde Sweet & Salty en el 87 de Ortega y Gasset, un pequeño gastrobar del Sr. Antonio Franco (vasco como yo) con quien entablamos una muy simpática relación amical. Primero nos tomamos unas buenas copas de verdejo con una tapa de una longaniza ibérica producida por la familia Flores (que desde ya recomiendo buscarla y comprarla si tienen la oportunidad: es muy buena). Yo tuve la suerte que él me la vendió de su stock, al igual que unas anchoas del Cantábrico de nombre Sanfilippo (37 euros x 100 gramos), que es una semiconserva que pertenece a una serie limitada compuestas de una cuidada selección de materia prima con una guarda de tres años y medio antes de salir a la venta. Supuestamente entre las dos mejores de España (echarse a buscarla).

Un Ambiente en la Arrocería St. James

Llegamos a las tres de la tarde a la Arrocería St. James, un clásico madrileño ubicado en la calle Juan Bravo 26 (tienen otros tres locales: el de Núñez de Balboa, el de Rosario Pino y el de la Av. Casa Quemada), donde teníamos mesa esperando. Primero nos comimos de aperitivo unas aceitunas verdes deshuesadas que parecían pelotas de ping pong por el tamaño, y unas pequeñas croquetas locales. Como es de esperar y su nombre lo indica, la especialidad de la casa son los arroces y les hicimos honor: se pidió de entrante uno seco de nombre arroz montañés, que tiene liebre, caracoles y setas y que les tengo que recomendar vivamente pedirlo cuando pasen por alguno de estos locales… Sencillamente espectacular; la carne de liebre muy tierna, el arroz bomba en su justo punto, los caracoles de película y sobre todo de sabor insuperable. De principal se ordenó un arroz meloso de nombre marinero, que viene con mariscos y cigalas y que cumplió el fin para el que fue encomendado.

Los arroces solo salen para dos personas, así que tomen sus precauciones para que no les sobre comida como nos pasó. Felizmente en casa tenemos audiencia. Precio por cuatro personas con dos botellas de vino: 180  euros.

Cigalas

Regresamos a casa después de almuerzo para decidir un plan nocturno y en pleno consenso nos fuimos al Restaurante La Ancha, que queda en Príncipe Vergara 204 y tiene un segundo local en Zorrilla 7, también un clásico madrileño con una clara especialidad: las Escalopas Armando, que no es otra cosa que un gigantesco – créanme: gigantesco en todo el sentido de la palabra - apanado híper delgado y crujiente de ternera al que acompañan de  cebolla frita y papas a la crema dentro de una fuente de al menos 50 cm de diámetro.

Llegamos como a las 11 de la noche y dimos paso a aperitivos y a principales como los siguientes:

Salmorejo cordobés.
Chipirones encebollados.
Sesos rebosados con cebolla frita.
Tres escalopas Armando.
180 euros por 5 personas, incluido helados, copas de vinos, cerveza, gaseosas y café.

Restaurante La Ancha, en Príncipe de Vergara

Salimos de compras gourmet al Hipercor donde nos fue literalmente imposible, ni siquiera remotamente, cargar con las compras de viaje (las enviamos a casa mediante un servicio a domicilio): jamones, quesos curados, semicurados, de oveja, de cabra, franceses de diversos estilos, choros crudos, tentáculos de pulpo cocido, bacalao fresco, aceites de olivo de diferentes cepas, enlatados de toda índole, salmorejo, chorizos, lomos embuchados, fuet, lacón, jamón de cerdo ibérico fresco, morcillas, empanadas, pasteles salados y no sé que más que ni me acuerdo. Calculo unas dos o tres maletas para poder llevar todo este festín a Lima. Allá la aduana será otra historia; supongo que será como siempre: todo irá bien, así que vayan preparándose los habitué para un próximo domingo en casa (!!!) ya que el lunes empiezo una dieta estricta para bajar los 5 kilos que me he subido y cerraré la despensa hasta nueva orden.

Lacón Servido

Como de costumbre hicimos plan para almorzar y el elegido fue La Gabinoteca, ubicado en  calle Fernández de la Hoz 53 (www.lagabinoteca.com). Llegamos a las tres de la tarde, hora pactada por todos. Al sitio vale la pena darle una mirada por la web; tiene un concepto novedoso, así como su comida y el estilo como la sirven. Incluyo los vinos, los cuales elijes de acuerdo a tu estado de ánimo.

Éramos mis dos hermanas, Michelle y yo, y elegimos picar:

Foie crema catalana (viene en un pocillo como una creme brulée más manzana caramelizada).
Tomates verdes de Almería con escamas de sal inglesa.
Ensalada de hojas verdes mini con queso blanco y aliño de casa.
Huevo, patata y trufa (viene en un tarro de vidrio).
Bocata de calamares y cebollas crujientes en pan tostado con pimientos.
Croquetas semi liquidas de jamón ibérico.
Ventresca de bonito a la parrilla con mirpoix de legumbres (muy buena).
Almondigas (se escriben así en este restaurante) de ternera con papas paille.
Noodles a la española (vienen en esas cajitas de cartón de comida china y en este caso eran fideos con angulas en salsa verde de pescado).
Carrilleras de ternera al vino con puré neutro de papa blanca.

De postre, uno: crema de queso igual a la que sirven en Arzac, es decir de PM; copas de vino, gaseosas y aguas para una cuenta de 85 euros por cuatro personas. No es nada caro, al contrario: 20 euros por persona es barato para el nivel de la cocina y el ambiente vanguardista.

La Gabinoteca

Teníamos planeado salir esta noche a buscar vacilón por el centro de la ciudad pero la timba se armó en casa y terminé cocinado un chaufa con su alioli, más un saldo de un arroz caldoso de cigalas y almejas que completó el menú y puso fin a las expectativas de salir por esta noche. Mañana será otro día… y el último.

Dejé la casa cuando dejaba sentir su poder mañanero. Tomamos el metro de Mirasierra camino hacia Príncipe Vergara, estación de metro donde hicimos una pascana en Alcalá UnoDosCinco Restaurante y Pinchos, en Alcalá 125, donde tomamos unas copas de verdejo para arreglar los nervios. De ahí fuimos al Corte Inglés de Goya a pie, donde tenía reservado un brie francés relleno de trufas que envasé al vacio para el viaje.

Alcalá UnoDosCinco Restaurante y Pinchos

Llegamos a las tres de la tarde al Llar, en Fernández de los Ríos 11, restaurante asturiano que elegí entre tres de los pensados para ir; los otros eran el Paraguas y el Parrondón, que se merecen los mismos elogios pues todos son los que a mi parecer representan mejor la cocina de Asturias: ¡a degustar!

Comenzamos con unos aperitivos de pan local con queso de Cabrales.

Sugerencias - El Llar

De piqueo:
Morcilla de Burgos de excelente factura (arroz).
Croquetas líquidas de jamón serrano.








De principales:
Fabada de almejas.
Fabada asturiana.

De postres:
Torta de Santiago.
Helados caseros.

Para variar paré en la tienda Sánchez Romero e incluí en el peso de equipaje a llevar presa y secreto de cerdo Ibérico pata negra, que para lo que no saben qué significa,  es  el ultra plus de este bicho sacrificado para nuestro placer.

Realmente increíble el almuerzo: las fabes eran mantequilla pura llenas de sabor y sobre todo me dejaron la ilusión de volver a este gran lugar. Vengan, es muy bueno y el precio es regalado: 140 euros por 5 personas con dos botellas de vino Albarillo por supuesto.

Mapa del Área Explorada

Partimos por la noche a Lima después de 35 días viajando, disfrutando a los amigos y ciudades con sus virtudes y defectos. Si hago cuentas, son más de 4,200 kilómetros recorridos por el grupo de legionarios que formamos parte de esta aventura culinaria, de esta unión de buenos amigos con un solo fin: pasarla bien. Se empezó en Paris el 14 de mayo y se ha recorrido la Loire, Bordeaux, St. Moritz, San Sebastián, Bilbao, Santander, León, Santiago de Compostela, Vigo, La Toja, Porto, Coimbra, Lisboa, La Algarve y Madrid, sólo por comentarles las ciudades principales. No estoy incluyendo las pequeñas  donde hemos parado a almorzar en varias ocasiones y que están registradas en las crónicas precedentes, en las fotos tomadas en nuestra memoria y sobre todo en nuestras barrigas!!!

Hay que comenzar la dieta para poder viajar. Próximos destinos posibles para octubre:

Tahití - Nueva Zelanda – Australia.
París - La Bretaña – Normandía -  la Selva Negra – Dinamarca – Noruega - Suecia.
Cádiz - Málaga – Toda la costa hasta Barcelona - Tren para hacer la Bretaña y todo lo demás hasta la Selva Negra.
Singapur – Malasia – Indonesia - Dubái o Brunei - Corea del Sur o Vietnam.

Previo este viaje se podría hacer uno chiquito en julio a Nueva York para ver como van las cosas por allá y aprovechar para ver un nuevo play musical entre buenos restaurantes locales, para variar… ¿¡Se animan!?

Les dejo esta reflexión para el final  de este viaje:

“Vivir no cuesta nada, lo que cuesta es saber vivir”.


Viajero Gastrónomo

miércoles, 10 de agosto de 2011

Isla de La Toja (A Toxa) - Galicia

Esta pequeña y paradisíaca isla está situada en las Rías Bajas, en el corazón turístico de Galicia, frente al Grove y a 30 km de Pontevedra.

La Toja (A Toxa) es famosa por su magnífico balneario, que aparece rodeado de un maravilloso e idílico paisaje. Cubierta de verde vegetación y rodeada de un mar de agua límpida y cristalina, conjuga su belleza con el lujo y confort de los servicios presentes en ella.


Isla de A Toxa (Galicia)

Tres hoteles, el Gran Hotel, el Balneario Isla de la Toja y el Hotel Louxo, te acogen con todo tipo de atenciones, poniendo a disposición habitaciones y suites, salones para celebraciones y congresos, restaurantes...

Para el tiempo de ocio, infinitas posibilidades. Desde su casino, donde se puede disfrutar como espectador o como protagonista, hasta las más completas instalaciones deportivas: club de golf en primera línea de mar, pistas de tenis, paddle, tiro al vuelo, tiro con arco, piscinas, excursiones marítimas...

El Balneario de La Toja incorpora las más modernas técnicas del termalismo a la más sabia tradición de este tipo de tratamientos. Programas de salud y de belleza, medicina preventiva... Cansancio y agotamiento físico son fáciles de superar en este maravilloso entorno.


Casino de La Toja

La Toja es una isla, un paraíso donde no existen las aglomeraciones y donde los únicos ruidos son el murmullo del mar y el silbido del viento al rozar los árboles, donde el tiempo no tiene otro reloj que el sol. Su clima benigno y suave hace que una estancia en cualquier época del año se convierta en unas inolvidables vacaciones.

El Gran Hotel La Toja es el único hotel balneario de 5 estrellas que hay en Galicia. Este hotel histórico cuenta con un jardín grande, con una piscina al aire libre y pistas de tenis. El hotel goza de una ubicación ideal en la Isla de La Toja, un área natural protegida. La isla está al lado de la hermosa península de O Grove, en la Ría de Arosa. Pontevedra está a unos minutos en coche y la espectacular playa de La Lanzada está a sólo 4 km. El balneario del Gran Hotel La Toja utiliza aguas termales de La Toja. Dispone de una piscina cubierta y un jacuzzi. También ofrece un servicio de masajes y otros tratamientos. El Gran Hotel La Toja cuenta con 3 restaurantes que sirven cocina típica gallega. La región es famosa por sus pescados y mariscos frescos.
Habitaciones del hotel: €197
Precio promedio por habitación: €350


Gran Hotel La Toja

Con dos horas de retraso partimos de Madrid como a las 11 y media de la noche, en un corto vuelo de Iberia con destino al aeropuerto de Vigo, donde nos aguardaba un remisse con chofer que nos habían enviado para dirigirnos a la Isla de la Toja, distante 80 kilómetros por la autopista (que recorrimos relativamente rápido por la hora tardía).

En el Gran Hotel La Toja nos aguardaban mi hermana Mónica con Javier (su esposo), Annabelle y nuestros queridos amigos turcos Ayshi y Hassan (leer la crónica de Istambul) en una magnífica suite con vista a las Rías. Felizmente nosotros tuvimos suerte porque nos tocó justo la suite contigua, con la diferencia que mi terraza medía unos 50 metros menos que la de ellos (que parecía una cancha de fulbito). Buena conversación, una botánica de vodka, y pastelería francesa terminaron por arrullarnos como a las 4 de la mañana para dar por concluida la jornada.


Cambados, Capital del Albariño - Rias Baixas

A la mañana siguiente despertamos tarde, como era de esperar. Afortunadamente teníamos un estupendo clima: buen cielo azulado y 25 grados... que más puedes pedir. Nos juntamos un grupo simpático y, previa deliberación, se decidió ir a tapear a la ciudad de Cambados, a 20 kilómetros de donde nos encontrábamos. Mencionaré que la ciudad de Pontevedra también fue del partidor pero perdió porque ya había sido visitada el día anterior para almorzar, por los que habían llegado antes que nosotros.

Todavía no les he explicado qué hacemos de nuevo en Galicia. Resulta que estamos invitados a una boda por parte de la madre del novio. Muchos amigos españoles de mis hermanas y de nosotros, así que acá estamos como parte de la celebración que tendrá lugar a las seis de la tarde y que describiré más adelante.


Chalotas (Escalonias) en el Mercado

Como había coches rentados, partimos como a la una de la tarde para recalar en un par de buenos sitios. El primero se llama A Taberna do Trasto, en Rúa Príncipe 12, Cambados, donde dimos cuenta de unas buenas cañas bien heladas, una botella de Albariño local de apellido Sanclodio, un pulpo a feira con un plato de papas al vapor con aceite VE y pimentón de la vera... Como lo vengo sosteniendo, no hay mejores papas o patatas blancas que las gallegas. Créanmelo de verdad: son mantequilla, sabor y suavidad a la vena!!! Una porción de navajas a la plancha completó esta primera picada. De cortesía vinieron unas alcachofas fritas con jamón serrano y pan.

De ahí caminamos por las calles empedradas (al igual las paredes de las casas) para recalar en otro bar de tapas donde mis amigos pidieron una fritada o pringada, que es carne frita con papas fritas (parecido al salchipapas) que yo ni siquiera probé. Sólo me pedí una porción de papas cocidas con lo mismo que en la taberna anterior y una porción de queso tetilla con mermelada de melocotón y pan campesino, más un buen orujo para acabar el tapeo.


Patata Blanca Gallega Tipo Kennebec

Nos volvimos a juntar como a las seis y media ya todos de gala completa: vestidos largos con sombreros estrafalarios para las damas, ternos oscuros y fracs para los caballeros. Una vez concluida la ceremonia, se dio paso a un coctel en la terraza del hotel que se compuso de lo siguiente: ejército de mozos con distintos tipos de aperitivos a base de cava, más vino blanco y tinto, que dieron comienzo a la batalla para luego dar paso en perfecto orden a:

Jamón de Jabugo 5J acompañado de pan con tomate.
Empanada gallega de atún.
Espuma de aguacate con salmón ahumado.
Cucharilla de pimientos con ventresca.
Tataki de bonito con brotes de alfalfa.
Croquetitas de centollo.
Tempura de langostinos.
Ravioles de espinaca con queso.
Arroz caldoso de berberechos en salsa verde.


Empanada Gallega de Atún

Mención aparte le daré al pulpo a feira que sirvieron: estaba de suave y bueno! Comentaron que los padres de la novia - oriundos de la zona - habían contratado a la mejor pulpera de Galicia para la ocasión y, ciertamente, estoy seguro de que es verdad.

Aprovechando que la concurrencia daba cuenta del coctel, los novios Ainhoa y José Miguel aprovecharon para dar el saludo a los 350 invitados. Una vez finalizado se pasó al salón principal del hotel, donde se habían dispuesto cincuenta mesas redondas perfectamente vestidas y decoradas para la ocasión, con candelabros de plata pura como centros de mesa, adornados con flores exóticas traídas desde la India.


Formación de Jamón Jabugo

El Menú

Ensalada de bogavante, salsa de su coral (un bogavante entero por persona).
Lomo de mero asado con vinagreta de pasas y piñones.
Solomillo de ternera, patatas gratén, chalotas y jugos de trufa.
Sorbete del abuelo (250gr de sorbete de limón, 3dl de jugo de naranja, 2dl de leche, 2dl de crema de leche, 2dl de vodka, ralladura de lima, y menta para decorar. Se licúa todo y da para dos personas).
Mousse de chocolate, helado de frambuesa.
Café y petits fours.
Bebidas
Pazo de Señoráns D.O. Rías Baixas.
Imperial Cune Reserva 2004 D.O. Rioja.
Aguas minerales.
Champagne Moët & Chandon Rosé.
Barra libre.


Ronda de Petits Fours

Esta cena de gala duró hasta pasadas las doce y media de la noche. A esa hora se pasó a otro salón para comenzar con la fiesta: bailes entre grandes y jóvenes hasta las dos y media de la mañana, para luego dar paso a la apertura de la discoteca en otro ambiente del hotel hasta pasadas las seis de la mañana. Nosotros nos fuimos a descansar a una hora razonable, ya que tomábamos vuelo al día siguiente para Madrid, donde nos quedaríamos unos días para hacer las compras de rigor, bajarnos la adrenalina del viaje y volver a nuestra realidad política local.

Bo Proveito!!!

Gastrónomo Viajero.

lunes, 1 de agosto de 2011

París

Cuatro Días en París
París, una de las ciudades más bellas del mundo, la más visitada y probablemente la más romántica de las que pueblan el planeta; hace honor a su fama y no defrauda a nadie que acude a visitarla, sino que más bien, a la hora de partir, el viajero siente ya la nostalgia de antemano, lamenta partir y no disponer de más tiempo (o dinero) para volver enseguida o quedarse más tiempo en esta ciudad mágica, de un encanto especial que se percibe en cada esquina,  en cada plaza, o simplemente en cada uno de sus cafés y terrazas.


Noche Parisina


A diferencia de otras grandes ciudades europeas, París no tiene un "centro" definido alrededor del cual se expande la ciudad; más bien todo París es "centro" debido a que  no ha ido absorbiendo las pequeñas ciudades que se encuentran a sus afueras, sino que estas han mantenido su independencia administrativa (pese a que el límite entre una de estas pequeñas ciudades y la gran ciudad de París es tan solo un paso de peatones). El hecho de permanecer "encerrada" desde hace tanto tiempo le da a todo París un aspecto antiguo y clásico; hace que un paseo por París sea un paseo por un lugar donde el tiempo no parece existir, donde pese al bullicio y al movimiento propio de una de las ciudades más importantes del mundo, el visitante tendrá la sensación de encontrarse en un lugar que no ha cambiado durante décadas o incluso siglos.
El sobrenombre de "Ciudad de la Luz" se debe a que Paris fue la primera ciudad en dotar a sus calles y edificios importantes de luz eléctrica, lo que causó admiración en todo el mundo. Este sobrenombre también podría deberse perfectamente a que Francia - y en concreto París - ha sido también la luz del mundo: una ciudad adelantada a su tiempo, como lo muestra por ejemplo el hecho de que aquí se fraguaron los derechos del hombre y los principios de libertad, igualdad y fraternidad, principios que aún hoy están ausentes en tantos lugares del mundo.


Carta de París


Llegamos a París como a las nueve de la noche, después de una escala en Milán donde hubo cambio de avión. Fue un poco tedioso, hubiéramos preferido un vuelo directo, pero compensó el buen clima y pudimos apreciar desde las ventanas del avión todo Milán y su campiña de postal.
Felizmente conseguimos una van para que nos llevara del Charles De Gaulle hacia el Marriott Rive Gauche en Boulevard Saint Jacques, a todos y a las gordas maletas que habían pagado su buen sobrepeso en el counter de Lufthansa (no vuelen con ellos: para 70 kilos que teníamos, solo nos perdonaron 5!!!).
Entre el check-in y demás, nos dio como las once de la noche. El cansancio asomaba en todos así que decidimos comer algo en el hotel, que caminó bien: sopas de cebolla, 
chuletas de cordero, ensalada local y buen vino dieron por terminada la jornada.

Entrada y Lobby del Hotel Paris Marriott Rive Gauche


Día Uno

Todos  nos levantamos temprano. En mi caso, fui al Spa-Gym del hotel como de costumbre para pagar los pecados del día anterior. Ya Annabelle mi hermana había llamado para juntarnos en el Harry's New York Bar que está localizado en el 5, Rue Daunou (muy cerca de la Opera): www.harrys-newyork-bar.com
Es allí donde preparan los mejores Bloody Marys de la ciudad (cosa de la que podemos dar fe notarialmente).

Siendo como la una y media de la tarde nos dirigimos al Restaurante Jules Verne, regentado por el famoso cocinero Alain Ducasse, quien tiene más estrellas Michelin que ningún otro cocinero en el mundo.


Alain Ducasse

- Nacido el 13 de septiembre 1956 en Castel-Sarrazin (Francia)

- Primer chef en obtener 6 Estrellas Michelin (lo logró en 1998).


- Tiene establecimientos propios en París, Mónaco, Tokio y Nueva York (entre otras ciudades).

- Chef de la Agencia Espacial Europea.

- Empieza su carrera el año 1972 con Michel Guérard, con quien pasa dos años básicos de su formación.


- En 1978 da un gran salto de calidad al pasar a trabajar para Alain Chapel, el que es considerado su gran maestro.

- En 1980 es chef en el restaurante L'Amandier, tutelado por Roger Vergé.

- En 1981 toma las riendas del restaurante Le Terrazze, hospedado en una cocina de hotel, con lo que obtiene (en un periodo de tres años) 2 Estrellas Michelin.



Alain Ducasse

- En 1987 da el gran salto al Hotel Louis XV de Mónaco, con el que obtiene (en tres años) las 3 Estrellas Michelin, logrando así por primera vez el máximo galardón para una cocina de hotel.
- A partir del año 1995 empieza la "carrera empresarial" de este sensacional cocinero: inaugura su propio restaurante, a la vez que mantiene las 3 Estrellas en el Hotel Louis XV.
- En el momento que logra las 3 Estrellas Michelin, pierde 1 Estrella en el Louis XV (1998), pero tras un año de esfuerzo logra acaparar las 3 Estrellas en sus dos restaurantes.

- Compagina ambos proyectos con nuevas aperturas (hasta veinte restaurantes, un centro de formación hotelero, un aula gastronómica y un website de venta de productos gourmets). Es por lo tanto uno de los empresarios más influyentes del mundo de la hostelería, ya que su "imperio" maneja más de 45 millones de euros anuales y da trabajo a más de 1200 empleados.


Restaurant Jules Verne - Tour Eiffel


Este restaurante está situado en la Torre Eiffel, tiene su propio elevador y conseguir una reserva es una hazaña que logramos de chiripa: tuve que poner mi tarjeta de crédito en garantía, ya que si no llegas a la hora puntual de tu reserva te la anulan y te cargan 85 euros por cada comensal reservado... así son las cosas en este endroit.

De beber
Solo vino (tres botellas por todo haber), más aguas sofisticadas (con gas y sin gas) y de alcurnia añeja, llamadas Badoit y Evian (que parecen de platino por el prix).
De comer
Tres menús degustación: fina crema de pois con centolla y légumes crocantes, salmón mi-cuit con papas tibias de Ratte y caviar beluga, foie gras de canard confitado al sauterne y tosta de brioche, medallón de pollo de Bresse en fricassé con espárragos verdes y  alcachofas violetas , Aigle-Bar (pescado) en mantequilla mousse, y un jarret de ternera al tuétano.
De postres 
Un fino cake de chocolate y caramelo con pistachos, un savarín al Armagnac y un sable de fresa con rhubarbe  pusieron el punto final.

Postre en el Jules Verne

De entradas adicionales 
Un buen foie gras de canard, escargots de Helixbern (de donde provienen los mejores), una ensalada de homard chaud-froid, y un salmón salvaje de Escocia.

De principales adicionales 
Vino un lenguado (sole) Chateau Chalon y un turbot a la riche (que pedí yo, desgraciadamente vino salado y con pena lo devolví). Precio por siete personas: 973 euros, más propina, incluye cafés, etc.

La verdad vine con mucha ilusión a este restaurante no solo por la cocina sino también por dónde está situado - en el medio de la Torre a 150 metros de altura -  pero les comento que  no vale la pena; se ha convertido, desde mi última visita hace diez años, en un comedero turístico: todos los platos son en serie, algunos mediocres;  el local es lo más impersonal posible; me sentí desilusionado para tener los pergaminos que tiene. He dicho y no volveré nunca más.


Pizzeria Il Napoletano

Nos fuimos al hotel a descansar algunos, ya que Annabelle y sus amigos franceses nos habían invitado a cenar a un restaurante de nombre Napoletano en el 18 de la Av. Roosevelt, en el triangulo dorado de París (paralela a Champs Élysées), donde se come la mejor pizza de París y así doy fe. Las hay de muchos sabores; recomiendo la de trufas. También se pidió un risotto al curry y algunas pastas que cumplieron su objetivo. De acompañamiento, vino de Lambrusco, que es tinto y petillant y que inició una buena amistad con nuevos amigos.


Día Dos

El origen del Palacio de Versalles y los famosos Jardines de Versalles se remonta al pabellón de caza que hizo construir a partir de 1630 Luis XIII, con un jardí­n anexo, aunque la creación del Versalles que todos conocemos corresponde en realidad a Luis XIV. Ni demasiado cerca de París (siempre listo para sublevarse), ni demasiado lejos, el sitio ofrecí­a condiciones para grandes construcciones. Permitía al rey absolutista establecer a toda su corte en torno suyo, lo que no podí­a hacer en las otras residencias reales. El Palacio de Versalles, (Palais de Versailles), fue residencia real durante muchos siglos y está ubicado en el municipio de Versailles, en Île-de-France. 


Palacio de Versalles


Luis XIV decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Llegaron a vivir en Palacio 20.000 personas. Esta cifra nos muestra la grandiosidad del Palacio de Versalles. Los Jardines de Versalles fueron realizados por Jules Hardouin Mansart. El Jardí­n de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquí­a. Destaca la progresiva civilización del jardí­n: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al Palacio, y después se va asilvestrando.

Una Sección de Versalles

Cómo llegar: Aunque hay muchos viajes organizados, recomendamos llegar en metro desde París. Es bastante sencillo, mucho más barato, y nos deja la flexibilidad de visitar el Palacio de Versalles y sus jardines a nuestro aire. La mayoría de los tours organizados dejan un tiempo muy limitado que puede estropear nuestra visita. 


Jardines de Versalles


Cuándo ir: Nuestro consejo es visitar el Palacio de Versalles en primavera o verano, cuando los jardines están en su máximo esplendor, porque en otras estaciones desluce bastante. Parí­s es impresionante, no en vano es la ciudad con más turismo del mundo, y si es la primera vez que vamos, y es invierno, tal vez nos convenga dejar la visita a Versalles para otra ocasión.

Cada uno esa mañana se organizó para pasear. Algunos se fueron a Versalles, otros a pasear por París como en mi caso: me tomé el Metro hasta la Ópera donde queda el famoso Café de la Paix y de ahí caminé por la Place Vendôme, el Louvre, las Tullerías y todo Champs Élysées, donde había quedado en almorzar con Manuel de Vasconcelos, compañero mío en Suiza y GM del Hotel Príncipe de Gales (actualmente en un proceso de remodelación de 100 millones de euros con reapertura para el 2012 por si se animan).


Café de la Paix - Anthoine Blanchard

La cita era en Fouquet's, restaurante  legendario (ahora hotel también) localizado en el 99 de la Av. Champs Élysées, donde dimos cuenta a medias de un muy buen salmón ahumado que vino acompañado de crème fraîche, una papa entera pelada y aromatizada con mantequilla y dos tipos de pan. Ambos optamos por el plato del día, que en esta ocasión fue conejo deshuesado con verduras de estación (lapin aux petites légumes) que estuvo muy bueno; de postre, ensalada de frutas y milhojas de crema y vainilla; de tomar, Campari para mí y, mientras lo esperaba, dos copas de champagne que nos invitó el Director General del establecimiento (quien nos acompañó durante parte del almuerzo, pues es amigo de Manuel), una  copa de vino blanco y dos cafés. 100 euros por persona, incluída la propina. No es barato, pero en nuestro caso estábamos sentados en la mesa preferida de Maurice Chevallier y rodeados de gente muy interesante, además del espléndido local.


Fouquet's

Como terminé temprano me fui al  Museo del Louvre donde me había provocado ver de nuevo varias cosas, como la sección egipcia (que ni en Egipto tienen lo que hay acá) que tiene piezas muy finas, la Venus de Milo, la colección de esculturas griegas, la Mona Lisa, toda la pintura de arte italiano y las joyas de la corona francesa, cosas que no puedes ver en un solo día.



Una Postalita del Louvre

Como a las 5 me llamó Annabelle y nos fuimos a tomar una copa al Hotel Costes que queda en el 239, Rue Saint Honoré, famosa calle del centro de París, donde tienes lo más graneado de las tiendas exclusivas de la ciudad.

Este hotel es un hotel-boutique muy bien situado, decorado y todo el buen 'ado' que le puedas añadir. Nos tomamos una copa y degustamos un cheese cake de primera con helado de crema encima... qué tal pecado al paladar!!!

Esa noche nos fuimos a cenar todos al Leon de Bruxellesno se lo pueden perder, se trata de una cadena muy grande de restaurantes en Europa que solo vende choros y papas fritas (salvo dos o tres platos más). Tiene como 50 preparaciones diferentes: pueden venir al vapor, mariniere, al curry, al roquefort, a lo que se te pueda imaginar. Te entregan 800 gramos cocidos con su cascara en un pote y todas las papas fritas que te quieras comer. Una muy buena carta variada de cervezas acompaña este tremendo plato lleno de jugo y sabor.


Choros con Papas Fritas en París

En nuestro caso fuimos al que queda en el 63 de la Av. des Champs Elysees (su web, que deben de entrar a ver es www.leon-de-bruxelles.fr ). Para terminar este cuento, el año pasado recibieron 6 millones de clientes; vendieron 8 toneladas de choros por día en 70 locales y facturaron 50 millones de euros.

Para terminar la noche, caminata por la zona, un rico helado, más compra de delicatessen en la Maison de la Truffe en el 14 de la Rue Marbeuf, y una visita al hotel George V Four Seasons que vale la pena, al igual que el Plaza Athene o el Ritz.


Día Tres

Lo mismo del día anterior: cada uno dispuso de la mañana a su antojo. En el caso de Flor, Manolo y yo, nos fuimos a Les Invalides a visitar el Museo de Armas de Francia, la tumba de Napoleón y de los héroes de las guerras francesas y una interesante exposición de armaduras de reyes y príncipes europeos que estaba disponible en estos días (mucha suerte tuvimos), y de ahí en el Metro que habíamos estado utilizando nos dirigimos al Barrio Latino, precisamente al Sagrado Corazón, que visitamos incluyendo sus alrededores.

Tumba de Napoleón Bonaparte


A las dos de la tarde nos habíamos citado todos en un típico bistró de apellido Chez Fernand, en el 13 de la Rue Guisarde en el barrio de Saint Germain des Pres .

De piqueo 
Estaban buenísimas las  tres porciones de tuétanos que rebosaban dentro de sus huesos acompañados de crujiente pan campesino y dos porciones de huevos en cocotte con crêpes. Le pusimos 21 de nota.

De principales
Escalopas de foie caramelizado con cebollas, un tartare de boeuf (carne), un hígado frito con una papa amasada con zanahoria y mostaza casera, riñones de ternera a la crema con pastel de papas, un magret de pato y un boeuf bourgignon terminaron por completar los fondos.


De postre 
Crème caramel, baba aux rum y una torta casera.

De beber
Vino blanco, Campari, gaseosas, té, café.


Precio
280 euros por siete personas.

Todos salimos muy contentos de este bistró por su buena comida casera y típica francesa. El local, como son los de su clase: acogedor, simple, muy bien atendidos... qué más para este almuerzo imborrable al paladar.


Les Champs Élysées


Por la noche nos había invitado Didier, amigo de Annabelle, a un coctel en el penthouse de su oficina en la Av. Roosevelt (siempre en los mejores barrios nosotros!). Todos llegamos puntuales a las 7:30pm para degustar buenos champanes  y vinos de Bordeaux que habían comprado para la  ocasión los anfitriones; dos buenas tortillas de papas que había preparado mi hermana, más un muy buen jamón de bellota de Jaén; diversos quesos locales y otras cosas muy divertidas completaron este coctel. Hay que resaltar que la vista que tiene este sitio es espectacular: domina gran parte de París.  Sumemos a esto el excelente clima que nos tocó pasar.

Después de este buen ágape optamos por pasear por Champs Élyssées para unas compras gourmet para el viaje. Luego nos fuimos a descansar.

Día Cuatro

Previa pasada por el Gym y el desayuno final con todo lo que sobraba en los mini-bar de los cuartos, la gente se dividió: unos se fueron a Louis Vuitton y a YSL. En mi caso, como en el de mis amigos los Parodi que ya habíamos comprado, nos paseamos por el Boulevard Saint Jaques donde había una feria de productos alimentarios entre otras cosas. La verdad que la pasamos muy bien, muy pintoresco el lugar y sobre todo muy típico también. Compramos rilletes, quesos, quiches, foie, entre otras delicatessen que van llenando las alforjas.
A las dos de la tarde y media nos fuimos a Orly para tomar el vuelo a Madrid en nuestro caso y el de los Caprile. Los Parodi se van a Lima.


Aeropuerto Charles de Gaulle - París

Copita de champagne en el VIP de Iberia, problemas en el control del aeropuerto - ya que a Flor le quitaron todos los quesos - y buena compañía en el avión, pusieron final a esta etapa del viaje.

Flor y Manolo nos abandonan, los vamos a extrañar mucho!!! Los veremos en Lima la próxima semana.

Nos vamos a la Isla de la Toja en Galicia!!! Desde allá les escribiré la penúltima crónica de este viaje.

A comer, beber, bailar y gozar, que el mundo se va acabar.

Gastrónomo Viajero.