sábado, 28 de mayo de 2011

Bordeaux

Dejamos con pena la Loire y enrumbamos camino a la capital mundial del Merlot, previo break para almorzar en un balneario de la región, de nombre Royan, como 50 kilómetros antes de llegar a nuestro destino y frente al mar. En un café frente a la playa nos atendimos con cinco versiones distintas de Moules (choritos típicos de la Bretaña francesa y, por supuesto, de la Normandía): a la marinera (vino blanco, cebolla y crema); a la provenzal, al curry, al licor regional y al ajo. Todo esto se acompañó de frites y de una gigante ensalada Nicoise y buenas cervezas locales. Después de este pequeño snack nos trepamos al ferrry para cruzar un brazo de mar, con camionetas incluídas. 


 


Aterrizamos muy cerca de Pauillacque, que es una población y comuna francesa situada en la región de Aquitania, departamento de Gironda, en el distrito de Lesparre-Médoc y cantón de Pauillac. El pueblo abarca sólo 12 km² de viñedos en el Haut-Médoc ("Alto Médoc") - entre los pueblos de Saint-Julien al sur y Saint-Estèphe al norte - pero es la sede de tres de los vinos primeros crus de Burdeos: Château Lafite Rothschild, Château Latour y Château Mouton Rothschild. La denominación de origen (AOC) Pauillac se puede aplicar sólo a los vinos que reúnan determinadas condiciones, y elaborados con uva recogida en el territorio definido por el juicio del tribunal de Lesparre el 29 de noviembre de 1926. En el interior del territorio, se excluyen las parcelas situadas sobre aluvión moderno y arenas o sobre subsuelos impermeables. Inluye toda la comuna de Pauillac más determinados lugares de las comunas de Cissac-Médoc, Saint-Estèphe, Saint-Julien-Beychevelle y Saint-Sauveur. Nuestro hotel - un tremendo lugar situado al costado de Chateau Margaux (qué lujo de vecino) -  se llama el Relais Chateaux Cordeillan Bages : www.cordeillanbages.com con dirección Ruta de los Castillos 33250 Pauillac, y pertenece al chef Jean Luc Rocha, premiado con la medalla al meilleur ouvrier de Francia: www.meilleurouvriersdefrance.info



Son contados con la mano los chefs que la poseen. Les paso un comentario sobre su cocina: En el centro del más prestigioso viñedo bordelés, la cocina de Jean Luc Rocha, clásica e inventiva a la vez, aporta la visión y el talento que reclama el universo fascinante del vino. Amante tanto de sorprender como de tranquilizar, tiende los puentes necesarios entre tradición e innovación. Sus recetas se convierten en clásicas: cochinillo de los Aldudes y ostra Gillardeau a modo de crépinette, crujiente de molleja con espárragos verdes... una cocina al servicio del producto, libre y equilibrada, tan sincera como contemporánea, escoltada con elegancia por los grandes vinos del Château Lynch Bages o los de sus vecinos.

Llegamos como a las 9 de la noche y ya no atendían, así que nos pusimos en lista de espera para la noche siguiente, ya que nos quedaríamos dos días en este palacete del siglo XII. Como era tarde, entre el check-in y lo demás, nos fuimos caminando al pueblo de Bages, donde había un café restaurante que figuraba en mi libro: el Café Lavinan, Place Desguet-Bages:
www.villagedebages.com donde dimos cuenta de foie gras con chutney de mango y pimienta de Espelette. Los pimientos se cosechan a partir de mediados de agosto y se recogen a mano y ordenados y, a continuación, se enroscan en largas cadenas o cordes y se dejan secar naturalmente al sol. La semana de la cosecha está escrita en la corde, para que se pueda determinar en qué etapa del proceso de secado se está. Se pueden utilizar en cualquier etapa, de diferentes maneras: frescos en la cocina, en forma de pasta, o secas en forma de polvo (que es muy típico de la región). 



Seguimos con unos buenos tagliatellis con crevettes, verduras confitadas a la parrilla y aromas de trufas y, de postre, creme brulée a la vainilla de bourbon... y a descansar.

Nos levantamos temprano y cogimos una ruta muy simpática que termina en la ciudad de Bordeaux, pasando por decenas de hectáreas de parras con sus respectivos castillos y pueblos de fotografía. Tiempo de recorrido aproximado: una hora. 
Burdeos (Bordeaux en francés, Bordèu en occitano), es una ciudad portuaria del sudoeste de Francia, capital de la región de Aquitania y la prefectura del departamento de Gironda. Con una población de 235.178 habitantes en la ciudad y 999.149 habitantes en la conurbación Bordeaux - Libourne - Arcachon, es la séptima unidad urbana más poblada de Francia. La ciudad es conocida en el mundo entero por sus viñedos, sobre todo a partir del siglo XVIII. Capital de la antigua Guyena, Burdeos formó parte de la Gascuña y está situada justo al norte de las Landas de Gascuña. Una parte de la ciudad, el Puerto de la Luna, está clasificada desde 2007 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por el conjunto urbano excepcional que representa. 



Previo paseo en carro por sus principales lugares hicimos lo más inteligente que se podía hacer, que fue estacionar la camioneta en el parking público de la Place de la Comedí (que está situada al pie de la entrada peatonal del casco viejo, al comienzo de la principal arteria comercial de la ciudad). Después de caminar y disfrutar de sus calles, nos sentamos a almorzar en un bistró situado en la Av. Víctor Hugo, de nombre Café des Arts, donde nos regalamos huevos en cocotte con foi gras, queso camembert rôti, fricasé de lapin (conejo) con gratin de coliflor y legumbres (estaba de suave y bueno!!!), boudan noir con puré de manzana al mortero mezclada con cebollas confitadas. De beber dos botellas de Chateau Portney (que es un buen blanco seco de la región). Buenos cafés terminaron de poner la cereza a este pastel.

Seguimos caminando y haciendo compras hasta llegar a la Catedral, donde hicimos un alto en un pequeño café para dar cuenta de innumerables chupitos de pastis (El pastis, pronunciación: pastís) es un anís típico de Francia, cuyo contenido alcohólico ronda los 40-45%. La palabra pastis proviene del occitano o del catalán pastís, significando pasta o mixtura. Cuando en Francia fue prohibido el ajenjo o absenta en 1916, los mayores productores (Pernod y Ricard, que luego se fusionaron en la Pernod Ricard) reformularon la receta introduciendo anís estrellado, anís verde y regaliz, añadiendo azúcar y reduciendo el contenido de alcohol al máximo permitido por la ley. Desde entonces la receta ha cambiado considerablemente y cada marca tiene su receta. La mayoría incorporan también hinojo.




Ya de camino de regreso hicimos un alto en el supermercado para buscar un abre corchos y nos dimos la sorpresa de encontrar el famoso scotch de malta Lagavulin que habíamos probado en la Loire, y sin pensarlo nos hicimos de un valioso stock. 
Llegamos al hotel entrada la noche y nos dirigimos al restaurante del Chateau donde, con suerte, nos habían confirmado la reserva para los seis. Previos vodkas de rigor, nos sentamos para dar inicio a la magia de un menú-degustación de nueve platos que os relataré lo mejor que pueda: Tres tipos de panes crocantes con tres mantequillas distintas (natural, de anchoas y de pimientos del Espelette). De abrebocas, salmón mi-cuit con jugo de langosta y caviar, ostra en gelé con emulsión de su propio jugo sobre un brioche y foi gras con blinis. Es el menú de nombre Savor, precio 175 por cabeza, líquidos aparte. Comenzó con un flan de anguila al champagne, siguió con un caramelo de lenguado con crujientes espárragos, jugos de té verde y foam de leche; continuó con una langosta rostizada con risotto de vegetales y cappuccino de coral; de ahí, unos ravioles de caracoles en salsa bordelesa; continuamos con un tierno conejo del Perigord (zona vecina a la nuestra, donde se cultivan las mejores trufas del mundo) con cepes, trufas frescas y dátiles. Culminó la parte salada con un filete de buey con hierbas y jugos a la quinta esencia. De finales nos sirvieron un platón de quesos cocidos, frescos y refinados como el de helado de Roquefort. De postre, el religioso, que es de dos tipos de chocolate con sorbete de trufas negras (alucinante). Un bavarois de frutos rojos y licor de limón puso el punto final a este menú. De tomar: Villa Bel Air Blanc 2009 y dos Magnum de Chateau Cannon 2003 St. Emilion y dos Gran Cru Classé. Con esta cena nos despedimos de Bordeaux: mañana nos vamos a la mítica San Sebastián en el País Vasco de donde viene mi familia.



Buen apetito!!!

martes, 24 de mayo de 2011

El Valle de La Loire

En Camino y en La Loire - Dos Días

Despertamos temprano y me encargué de pasarles la voz a todos los compañeros para tomar desayuno tipo 9.30am, ya que la idea era ir a la Gare Montparnasse donde teníamos reservadas dos camionetas para la odisea que estábamos prontos a realizar.


Buen desayuno. En el hotel, para mí los huevos revueltos estaban perfectos: jugosos, sabían a huevo fresco y, sobre todo, bien ejecutados. Los acompañé de salmón ahumado, queso cremoso colombier, jamón inglés (ojalá algún día aprendamos a hacer jamón inglés como los franceses; con razón les dicen LES MAITRES CHARCUTIERES), brioche, baguette y un fresco jugo de naranja para coronar la primera reparación del día.

Salimos como al medio día de la estación, camino a la Puerta de Orleans donde tomamos la A10 que nos llevaría a nuestro primer destino: Marcay (se pronuncia la c como z), pueblo al costado del Castillo de Chinon, en el Valle de los Reyes o Valais de la Loire. Parada en el estación de gasolina que, como ustedes saben, en las carreteras europeas parecen mini malls, pues tienen de todo. Nosotros por supuesto como niños glotones!!! Llenamos las canastas de quesos camemberts, emmenthal, salchichones mini, capricho de los dioses (que es uno de mis predilectos), quesos cremosos, chocolates, madelaines, etc. etc. etc. etc... Ya se imaginan que hasta casacas compraron!! Como no podía ser de otra manera incluimos la guide Michelin de bon Table 2011 la guide vert y planos diversos de los Chateaux, a pesar que teníamos dos GPS... ¿ qué les parece?




La primera parada turística fue en Orleans donde paseamos por el centro de la ciudad y regalamos nuestras vistas con la imponente catedral. De ahí, nos dirigimos al primer castillo, de nombre Chambord, que junto con el Chateau de Chenonceau son, a mi juicio, los dos más bellos castillos de la región y quién sabe, del mundo. Este castillo es impresionante: tiene 426 habitaciones, fue construido por los años 1400 BC, perteneció a los reyes de Francia y era usado como coto de caza y, supongo, para unas buenas orgias acompañadas de unos bufetes pantagruélicos.

Después de manejar entre autopistas y caminos rurales pasando por pintorescos pueblos y una campiña verde llena de parras, naranjos, fresas salvajes y todo tipo de granos, llegamos al hotel como a las ocho de la noche. Allí nos quedaríamos las dos próximas noches. Este Chateau de Marcay pertenece a la cadena Chateau & Hotel Collection y está situado en el cantón de Richelieu (¿se acuerdan de este nombre?) adjunto al cantón. de Chinon. Fue construido por el siglo XII.

Check in de ley, toma de posesión de los cuartos con todas las comodidades del mundo actual. El costo!? €250 (Euros) diarios, sin desayuno.




Como en estos países todos se acuestan temprano, previa copa de champagne en el room nos dirigimos los seis a cenar al restaurante del Chateau, que se veía muy prometedor y que pasaré a describiros.

De tomar, vinos de la región: Touraine 2006, Bois Lucas SB, Chinon Rose Fille de la Loire 2010 y SB Hors de Region. Amuse bouches, tres por cabeza: de gambas con calabacín y coulis de pimientos amarillos, de carpaccio de centolla con lavanda y áspic de sauterne, y de mousse de poro con setas y foi confitado con uvas a la pimienta.




De entradas, para un menú de €55: Saint Jaques (conchas) con yuzu y una leche batida de rábano (emulsión) acompañada de unas torres de papas al mortero con una vinagreta de hinojo.

Como platos principales tienes dos opciones: escalopa de merluza a la plancha con una mantequilla Clementina típica de la región, y suprema de pintada perfumada al estragón con macadamias y lechugas crocantes.

Como postre: dedos de chocolate a la menta, opción que eligieron las señoras.

Los caballeros elegimos un menú compuesto por foie de pato con peras, emulsión de nueces y hierbas silvestres, y dos fondos: filete de St. Pierre (pescado) a la mantequilla demi-sal, fricasé de morillas y petit pois (tengo que resaltar el punto de cocción y frescura del pescado: INIGUALABLE); seguido de ris de veau (mollejas) con alubias y alcaparras, confit de tomates y limón.

Continuamos con una excelente selección de los mejores quesos de la casa (doce) y finalizamos con unos cannelloni de piña, pistacho y helado de té, con previo pre-postre de cortesía - hay que imitar la idea en Lima - de un muy buen tartare de manzana verde con aceite de albahaca. Vale decir, te regalan un medio postre antes de tu postre. Precio!? €80 por Persona.




Después de tan magnífica cena acordamos pasar todos a mis aposentos, donde degustamos unos buenos piscos mosto verde torontel de Santiago Queirolo... y a dormir!!!


Segundo Día

Nos levantamos temprano con un sol brillante y cielo color azul pastel, como para abrirnos el apetito y dar cuenta del buffet campaña del desayuno del hotel: buen pan, crujientes croissants, crocantes mini baguettes, buenos quesos, jamón de primera, mermeladas caseras, huevos poches, fresco jugo de frutas... qué más se puede pedir para este dulce despertar!

Château Chinon

Con la barriga llena y el corazón contento, partimos hacia la campiña para visitar castillos. Llegamos al primero, llamado Château de Chinon (o la Fortaleza Royal de Chinon), que queda cerca de nuestro alojamiento. Sugiero entrar a la web www.forteresse-chinon.fr para que puedan leer sobre Juana de Arco o Juana la Loca y su historia con el Rey Charles II y este magnífica fortaleza. Fotos obligadas, visitas a los diferentes niveles y partida al siguiente Château, que se llama Château de Ussé y que parece de un cuento de hadas: resulta ser que en esta propiedad se creó la historia de la Bella Durmiente y varios ambientes del mismo están relacionados con el cuento. Solo les diré que es un must, no se lo pueden perder. Es impresionante su arquitectura, jardines, capillas, etc. Un castillo de leyenda.


Château d'Ussé

Como cuarto castillo - el tercero fue en Langeais y solo se visitó por fuera - previa manejada por carretera rural y después de70 km, llegamos al super Château de nombre Chenonceau, considerado uno de los más sublimes y espectaculares de este valle, calificado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, construido sobre el río Cher en el siglo XVI por los marqueses Bohier, sirvió de alojamiento para la amante del Rey Francisco I, doña Diana de Potiers. A la muerte de él, fue reclamado por la esposa del Rey, llamada Catalina de Médicis. Resaltan su explanada, la torre, la sala de la guardia, la capilla, los aposentos de Diana, los del Rey, la librería, su galería, y sobre todo las cocinas. Estas están instaladas en los dos primeros sótanos, enclavados en el rio Cher. Hay varios ambientes: el office, el comedor del personal, la carnicería, la despensa, la repostería y la cocina propiamente dicha (que está completa con sus tablas, cuchillos, y todas sus ollas de cobre). Realmente lo mejor del paseo.





Solo para terminar este relato les contaré que este Castillo sirvió como hospital durante la Primera Guerra Mundial. Para más info sobre esta joya entrar a http://www.chateauchenonceau.fr/




Hace hambre; no hemos almorzado. Son las siete de la noche y oscurece como a las nueve, así que nos dirigimos al restaurante Aux Coins des Halles en la 9 Rue Gambetta, Langeais, cerca, como a unos 40km de nuestro hotel y a una hora de camino de donde nos encontrábamos. Se preguntarán ¿¡de dónde lo sacó!? Les respondo: lo escogí del libro de pequeñas tablas de la guía Michelin que me compré en un grifo y me probó que no me equivoqué... Qué tal noche!! Paso a relatar:

Restaurante pequeño de unas doce mesas diría yo, en un pueblo acogedor, frente a un castillo con una vista de película y dos propuestas de menú: uno de tres platos a €29 y otro de degustación de cinco platos a €49: escogimos los dos.




Entradas

Para comenzar, espárragos blancos con emulsión de naranja y curry, dados de haddock y choritos fritos, seguido de un risotto cremoso de acelgas con escargots, copos de parmesano y quenelle de crema de ajo, servido en un plato hondo. Fuimos transportados al paraíso... Qué tal plato! Los caracoles estaban crocantes (los saltean en la sartén hasta quedar crujientes); el arroz, delicioso; y la crema de ajo coloreada con perejil y aceite de oliva y texturizada con un sifón... De palabras mayores esta receta y la tercera entrada: unos huevos cocotte o cocidos con langosta, tomates confitados, emulsión de crustáceos, servidos en un pírex. Solo comentaré que es alucinante, de otro planeta.


Fondos

Sandre (pescado de río) poelé acompañado de unos ravioles de centolla y alcachofas violeta al aroma de culantro. El segundo era un Bar (pescado de mar) poelé a los aromas tailandeses con un caldo de coco y hierba luisa. Como tercero, un filete de agneau (cordero) mi- cuit, espárragos verdes a la provenzal, jugos de tandori: estaba muy suave la carne; y la piel, crocante. Parecía un lechón mamón (definitivamente en cordero tenemos que aprender).




Como opciones adicionales, nos llegó en el menú-degustación una barra de foie de pato con una galantina de manzana y anguila ahumada y, como fondo, un filete de magret de ganso caramelizado con especias dulces, poros bb, betarraga y un salsa de reducción de vino y peras (todo acompañado de unos morceaux de polenta frita). Comentario: ¡Espacial!


Postres

Tarta de limón con merengue casero, queso de cabra fresco al aceite de oliva y ciboulette, pimientos rojos y chips de baguette; otros beignets (frituras) calientes rellenos de crema de pistacho, salsa de piña, manzana y grosellas; y el último, un macarrón de fresa con una mousse de helado de coco y costra de rubarba. Delicias que pusieron el punto final a este banquete de antología. El chef, Pascal Bouvier, está catalogado en la Cofradía de los Maitres–Cusiniers, prestigiosa organización de chefs.




Costo: €350 por seis personas, con vino incluido, con una copa de Lagavulin malta escocesa de 16 años, con gusto a tabaco y madera, todo un buen final.

A dormir, que hay mucho por descubrir mañana, ya que iremos a Bordeaux para poner punto final a nuestra visita al Valle de los Reyes. Nos vamos con pena pero con la esperanza de que pronto volveremos para seguir descubriendo más de este mágico lugar.

Buen apetito!!!!

viernes, 20 de mayo de 2011

A París: la partida y la llegada

La Partida

Comienza un nuevo periplo por el Viejo Mundo, que con sumo placer me honro en relatarles con pasión gastronómica y, sobre todo, con mucha curiosidad por lo venir.



Son las cinco de la tarde y estamos disfrutando de unos buenos vodka orange y aceitunas rellenas, mientras aguardamos nuestro vuelo hacia París vía Madrid cuando, sin darnos cuenta, nos llegó la hora de embarcar por donde ya nos aguardaban generosas copas de champagne Lois Schroeder seco, burbujeante y, como siempre, sabroso al paladar. Lo degustamos acompañado de unas almendras tostadas y, como no podría ser de otra manera, repetimos o hicimos un bis…

Buena cena abordo: carparccio de zucchini con jambón seche, buena ensalada de estación y, como plato principal, un magret de poulet con morrillas y arroz basmati. De final, un suspiro de lúcuma y una muy simpática tabla de quesos (camembert, gouda y de oveja), buen vino pinot noir de la Bodega Amayna del valle de Leida... Todo un festín!

A dormir que nos aguarda el desayuno antes de llegar a Barajas, que con muy buena puntualidad se cumplió el itinerario ofrecido de llegada. Buena por LAN, siempre es un placer viajar con ellos: muy buen trato, buenos vinos, buena comida... qué más!

Una vez terminados los trámites migratorios respectivos en espera de nuestra conexión para París - donde comenzará este viaje de exploraciones sensoriales al paladar - Jani, Manolo, Michelle y el que escribe nos refugiamos en el VIP de Iberia en la terminal J, donde pudimos refrescarnos algunos con caña helada y unos buenos tentempiés (fuet, mini bocadillos, etc.), y otros en un muy bien puesto bar en este oasis. De repente, se nos apareció la virgen!!! No, era Manolo con botellas de champagne y frías copas, acompañado de Flor, con quien habíamos pactado encontrarnos en este punto ya que ellos son pieza fundamental en esta aventura por emprender.

Chuletas de Cordero con Puré de Petit Pois, Pimienta Verde y Menta

Tanta amena charla con estos dilectos amigos que casi perdimos el vuelo. Felizmente las damas son más responsables que los caballeros y pudimos llegar al gate in extremis… para encontrarnos con la noticia que Eduardo se había confundido y su conexión a París era en un vuelo diferente que ya había partido hacía 20 minutos. No pudimos hacer nada pues nos conminaron a entrar o cerraban la puerta. Así, mis queridos amigos, me imagino que Jani lo debe de estar asesinando a Eduardo. Ya sabremos más de este asunto en unas horas, cuando nos rencontremos con Olga y Gustavo y todos ellos a cenar en el Rst. Market que el famoso chef internacional Jean George tiene en la Rue Matignon en los Campos Elíseos (donde tenemos reserva a las nueve de la noche, que no sé si llegaremos a tiempo (ojalá!), ya que hace una hora que estamos sentados en el avión y no podemos despegar por una tormenta en la parte norte del aeropuerto, y estos hijos de la guayaba ni agua nos ofrecen... Cómo extraño a LAN. Cómo extraño llegar a la tierra patria del croissant au chocolat, del beaujolais nuevo o fresco de temporada, del baguette y del camembert, entre tantas cosas que darían para escribir largo y muy tendido.

La Llegada, sábado 14 de mayo 2011

Aterrizaje

Tranquilo en Orly después de pasar por la licuadora aérea debido a la tormenta que nos tocó experimentar durante el vuelo. Afortunadamente nos encontramos con un chofer free lance que, en un santiamén y por 100 Euros, nos trasladó a los cuatro en una cómoda van hacia el Marriott Paris Rive Gauche Hotel que queda en el 17, Boulevard Saint Jaques, en la zona del Barrio Latino: buen hotel de 700 habitaciones. Yo diría un típico hotel gringo con sus comodidades y sus desventajas por lo impersonal, al ser mega.

Rápidamente los cuatro, previo aseo a la francesa, nos tomamos un taxi para darles el encuentro a Olga y Gustavo que nos aguardaban desde hacía 45 minutos en el restaurante Marquet, en el 15 avenue Matignon, a una cuadra de la famosa calle parisina de los Campos Elíseos (les paso la web de este famoso chef propietario de este restaurante y de muchos más alrededor del terráqueo: www.jean-georges.com

Comenzamos la jornada con unos buenos Martini y sus respectivas olives vertes, excelente pan campesino y la mejor mantequilla que en buen tiempo no habíamos disfrutado (comentario general de la mesa) y que por obligación y necesidad volvimos a pedir.

Rollo de Atún, Coulis Vert de Soja

La cena realmente muy buena. Para compartir pedimos tres platos que paso a comentar: el primero fue rouleau de ton croustillant, coulis de soya vert; que es un tataki de atún en forma cilíndrica el cual envuelven en hojas de col y lo pasan a freír solo para que se forme una ligera costra exterior de cocción por fuera del atún, conservando su término inglesa o crudo por dentro. Esto viene acompañado de una alucinante salsa ligeramente picante de soya verde, muy bueno! El segundo fue un rolls de seis piezas de uñas de langosta (homard) con daikon, envueltos en unos ligeros mini crepes bajo una ensalada de corte asiático. El tercer plato consistió en un tartare de atún con palta y kion, coronado de un carpaccio de rabanito... Allí te das cuenta de la mano del chef para conjugar todos estos ingredientes en una poesía culinaria; y lo digo no solo para este plato sino para estas tres grandes entradas.

Tartare de Atún, Palta y Rabanito

Los fondos fueron variados e igual de espectaculares: Flor y Gustavo se regalaron con sendas milanesas de escalopas de ternera (las más jugosas y crocantes, que merecieron el aplauso de la concurrencia) cubiertas por completo de una ensalada de arúgula y papa dulce y airelles séchées... sorprendentemente exquisita y distinta, o diría exótica. Olga se fue por unas côtes d’agneau o costillas de cordero que estaban acompañadas de un puré de petit pois con un toque picante de pimienta verde y mentha (surrealista esta mezcla, tienen que hacerla en casa). Michelle nos sorprendió con un steak tartare de la mejor carne local sazonada solo con aceite y acompañada con una emulsión a la mostaza y dos papas torneadas: solo voy a decir que para nosotros ha sido el mejor tartare que hemos probado, por la sencilla razón que el sabor de la carne no estaba oculto, como es el caso de nuestros tartares limeños a los que atiborramos tanto de condimentos que les ocultamos el sabor. A esta versión parisina la declaro “imperdible!!!". Manolo y yo optamos por dos pizzas clásicas de esta carta - la primera de atún al wasabi y la segunda de hongos salvajes y huevo - que estuvieron a la altura de las circunstancias.

Crumble de Fresas
Para terminar nos regalamos con unos quenelles de chocolate bitter que llegaron montados en un pionono de hielo (buena idea para copiar y servir), un volcán de chocolate y glace a la vainilla y otro de fresas con crumble... Un gran Bordeaux que compartimos puso la nota redonda a esta muy simpática velada que tuvimos que finalizar con una buena caminata hasta el Arco del Triunfo para hacer una merecida digestión. Nos vemos mañana. Camino al Valle de los Reyes o La Loire.

Buen apetito!!!!!

lunes, 16 de mayo de 2011

Madrid (El Final de este Periplo)

Bueno, esta será la última crónica que creí no iba a escribir, pero no por falta de ganas sino porque pensé que ya el viaje llegaba a un final. Pero qué equivocado estaba: de lejos fue una nueva experiencia que pasaré a relatar con sumo placer para mi deleite posterior y el de ustedes mis fieles acompañantes en este épico viaje gourmet.

Llegué a Barajas y todo muy bien. Esa noche teníamos una cena programada con el Gobernador de la Ciudad de México y el Rector de la Universidad Autónoma de México (amigos de Anabelle, de negocios, de su empresa de medios) que dejamos para el día siguiente por cansancio extremo.... nos venían facturando los casi 28 días de viaje a la fecha.

PRIMER DÍA

Nos levantamos como a las nueve de la madrugada con la intención de ir de paseo, o por el Museo del Prado o por el Museo Thysen, ambos cercanos a las Cortes, por la Plaza Neptuno que nos es familiar, para hacer una penitencia obligada y purificar nuestras almas marchitas después de estar de viaje por tierras árabes, moras y de otras índoles.

Lejos estuve de esas intenciones que relaté en el párrafo anterior, pues en cuanto salí de la casa mi mente solo estaba puesta en las delicias gourmet que iba a comprar en los diferentes establecimientos especializados.

Entramos a dos o cuatrocientos centros gourmets para comprar lo obligado si estás de paso por España: los mejores jamones del pueblo de Jabugo (sea Carrasco, Sánchez Romero, Joselito, etc.) que bordean entre 80 y 200 Euros, fuet, foie, quesos curados y semicurados, anchoas de Alcalá del Cantábrico, cecinas de buey, aceitunas sevillanas, varios tipos de aceites de hojiblanca sin filtrar, sales de roca y aromatizadas, especias como el azafrán y el pimentón dulce y el picante, conservas, vinos generosos, quesos franceses y otras delicias al paladar que no recuerdo en este momento pero que pesaban más de la cuenta, todo lo cual se tradujo en exceso en las seis maletas que nos correspondían, y por las cuales pagamos la penalidad con mucho gusto.

Ahora sí, a lo nuestro: esa primera mañana habíamos reservado en una marisquería gallega de nombre Ribeira Do Miño, en Chueca. Se la recomiendo por la buena relación precio - calidad. Pedimos vino Albariño bien frío, empanada gallega (que es como una torta rellena de carne), pulpo feira (que estaba mantequilla), acompañado de pimentón dulce y aceite extra virgen, jamón gallego (que es el lacón o bacon o tocino para nosotros. Aquí lo tienen en un corte mas ancho, cocido y servido con jugo, muy parecido a un buen asado pero mucho más sabroso y delgado) y una mariscala (que es una fuente grande que trae mariscos y crustáceos fríos que vas comiendo con la mano o ayudado por varios instrumentos para ir rompiéndolos). Llegaron en esta fuente necoras, centollo y buey de mar, los tres son cangrejos y familia, cigalas, langostinos, gambas, percebes; más aioli para aliñar. Terminamos con un bacalo fresco estofado con papas, bien gallego por cierto, y un buen pacharan.

Salimos como a las 5pm para ir de compras por el barrio, en mi caso. Los demás se fueron al Café Baires de Gavina, esquina con Pelayo, a tomar café o copas para seguir rumbo después al Baco y Beto, especialistas en vinos y tapas, también localizado en la calle Pelayo, donde Beto, amigo nuestro, nos invitó unas morcillas con piñones, croquetas mixtas y una terrina de centollo con aceitunas que devoramos raudamente pues teníamos una cena en el Bocaíto, cerca de donde estábamos. Llegamos como a las 10pm y ya nos esperaba nuestro querido Ernesto junto con una delegación importante. Cenamos varios piqueos, como dos tipos de huevos estrellados (unos con foie otros con morcilla), croquetas andaluzas y otros buenos platos, acompañados de buena tertulia, todo lo cual hizo que la madrugada nos sorprendiera.

SEGUNDO DÍA

Llegamos al Corte Inglés de Goya para finalizar las últimas compras y aprovechamos para almorzar el Deli - Gourmet que tienen en uno de los edificios que se llama La Moraga, donde Anabelle. Michelle yo dimos cuenta de lo siguiente: tarro de morcilla y manzana verde, ensaladilla rusa con ventresca de atún, burger bull (una mini hamburguesa de rabo de toro en su jugo y otra de carrillera de cerdo, ambas muy buenas!!!), un kebab de secreto de cerdo ibérico de Sierra Mayor y unos huevos fritos con papas al mortero y foie caliente para terminar este pequeño almuercillo.

Descanso en casa donde había coctel para la delegación mexicana y para nosotros de despedida, pues esa noche nos regresábamos a Lima. Pero qué equivocado estaba yo. No se imaginan lo que pasó cuando llegué al aeropuerto cansado de cargar maletas, etc. Me di con la sorpresa que mi vuelo había salido el día anterior!!! Me había hueveado totalmente de fecha. Yo muy british pregunté por una solución, que me dieron inmediatamente: pagarles la tarifa más cara por el tramo Madrid - Lima (o sea, 4,000 Euros por cada uno). Como comprenderán entré en crisis emocional y financiera, opté por retirarme a mi piso en Madrid y solucionar el tema con Lima, que felizmente se pudo consiguiendo cupo para la noche siguiente (pagando una penalidad razonable).

TERCER DÍA

Al mal tiempo buena cara, así que con Javier, mi cuñado español, reservamos para almorzar en el Paradis (queda a pasos del hotel Villareal) donde a Flor y a Manolo les gusta quedarse por la cercanía del Museo del Prado, las Cortes y el famoso Paseo de la Castellana. El menú de película: comenzamos con aceitunas, pan con tomate y mini fuets que acompañaron a un verdejo rueda; seguimos con anchoas de Cantábrico que vinieron con tomate rallado, ciboulette y aceite Torres Luna, virutas de foie en aliño de vinagreta de oporto con pan tibio, esqueixada de gambas de Huelva, pomelo y torrezones (que son trozos de chicharrones de piel de cerdo ibérico), semi/bahía (un arroz negro con sepia y calamar de potera), una fideua de hígado de pato y boletus (la especialidad de la casa). Como fondos, unos calamares de anzuelo con puré cremoso de cebollas de Figueras en dos texturas y un canette de pato frotado con pimientas en sabores thai. Terminanos con una original crema catalana con toffee y limón, y buenos cafés.

Siesta de rigor y vuelta al aeropuerto donde esta vez si hubo embarque. Después de unos buenos tentempiés en el VIP de Iberia y una buena cena abordo, les estoy escribiendo esta última crónica prometiéndoles enviarles el resumen del cual les hablé en mi anterior relato.
Les dejo una última reflexión:

LA BUENA VIDA ES CARA... LA HAY MAS BARATA, PERO NO ES TAN BUENA.

A BIEN TOT!!!
BUEN APETITO!!!
A.

Petra

5am: estoy en el gym sudando la gota gorda y volviendo a colectar mi free check de 600 calorías para el día que se viene. Me alienta el desayuno que me espera, previo a la partida hacia Petra, ya descrita anteriormente; qué placer me voy a regalar...

Ya estamos en el bus camino a Petra. Será un viaje de tres horas aproximadamente: queda a 270 km. de Amman. El viaje es agradable por la carretera sur del desierto jordano, que es la más importante de este asiático país. Mientras avanzamos nos vamos regalando la vista con miles de árboles de pistachos silvestres, toda una experiencia.

Casi sin darnos cuenta, y con tan buena compañía, llegamos a la famosa ciudad, donde previo check-in en nuestro hotel (en este caso es el Movenpick, cadena suiza de alto nivel) nos dirigimos, acompañados de nuestro guía jordano-venezolano, a la entrada de la ciudad, donde todo el recorrido se hace a pie: 4 km. de bajada hasta llegar a la ciudad misma y 4 km cuesta arriba para regresar a la entrada principal. Menuda chamba nos aguarda, pero estamos convencidos de que seremos recompensados.

Una vez comprado el ticket (33 J.D. que son como 40 Euros) iniciamos el recorrido provistos de lentes, gorros, aguas, coca-colas y por supuesto las cámaras digitales. El recorrido se compone de doce paradas antes de llegar a la ciudadela, las cuales paso a relatar: Los Bloques de los Dioses, La Tumba del Obelisco, El Dam, El Siq, La Tumba del Tesoro... Es increíble, todo esculpido en el mismo cerro! Las calles, fachadas, El Anfiteatro, Las Tumbas Reales, El Nymphaeum, La Iglesia, Las Columnas de la Ciudad, El Gran Templo, El Palacio Real o Qasr Al Bint. Todo esto, como les comenté, en un recorrido cuesta abajo y a través de una garganta natural entre cerros de piedras y 3,000 tumbas descubiertas y otras muchas por descubrir, enclavadas a todo lo largo del recorrido, en los mismos cerros de los grabados; ya con estos nombres les estoy regalando un viaje virtual a Petra!

Petra es una ciudad de más de 2,000 años, construída por los Nabateanos, esculpida íntegramente en piedra, como homenaje al paso al más allá para sus muertos y también principalmente como una ciudad comercial muy importante, con sofisticados sistemas de alcantarrillados y de agua potable; es una de las Siete Maravillas del Mundo moderno, al igual que Machu Picchu.

Jordania - Amman II

Después del check-in y previo relajo en las suites (ya que el viajecito nos había tomado prácticamente toda la mañana y casi toda la tarde) nos volvimos a juntar como a las siete de la noche para dirigirnos al Mecca Mall, el más grande y lujoso de esta ciudad, de la que por cierto no les he contado que todas las construcciones sin excepción son hechas de piedra caliza blanca, así que todo se ve muy hermoso, ordenado, y moderno en algún sentido.

El mall, como todos; salvo el food market que resultó todo un descubrimiento por la variedad de productos de todas partes. Me imagino que ya pensarán qué hice yo.... pues lo lógico, como cuando un niño entra a una tienda de juguetes como Toys 'r' Us. Me quería llevar todo: los langostinos tigres de 25 cm., las coquille Saint Jaques de la Normandía, les poules de Bresse, los besugos del Cantábrico, al igual que los salmonetes y sardinas, jamones y embutidos de todo el orbe, quesos deliciosos como el veritable Camembert de Normandie, el boursin de hierbas y ajo, el Caprice des Dieux (que para mí es un must!!!), condimentos exóticos, perfumes y aceites arómaticos de flores y especias para cocinar, currys, sillao de diferentes consistencias y texturas, foies en lata y frescos (naturales y condimentados), salmones escoceses ahumados, caviar iraní!!! En fin, un pajazo cerebral y degustativo tipo tres clímax a la vez... he dicho.

Bueno, esta experiencia - casi orgía pantagruélica bacanalista - desgraciadamente no duró más de una hora, muy a mi pesar, pues habíamos quedado con el Emir y su bella esposa en tomarnos un martini en el foyer del hotel... que se convirtió en dos, acompañados de unos tentempíes locales y unos buenos Camel que me había comprado en El Cairo para continuar travesía - nueva y directamente - hacia el restaurante Asia, donde habíamos cenado maravillosamente poco antes (dos días) y del cual teníamos tres recuerdos memorables, imborrables, agradables, irrepetibles: la excelente comida, el vacilón de la cena frente al show kitchen y la dolorosa, amarga, hija de su M.... cuenta que pagamos!!!

Estábamos dispuestos a inmolarnos nuevamente, cosa que como fieles y devotos del Señor de los Milagros, hicimos obedientemente.

No tengo que contarles, solo les diré que la cena estuvo de puta madre e hijos, como dice el Chueco cuando todavía está sano (o sea, como a las dos cajas de chelas), ya que nos dieron otra cena diferente a la pasada: unos thai sticks de langostinos acaramelados, otros cubiertos de masa phyllo; beef satay, rolls japo, un par de sopas alucinantes (una de curry y la otra de barro de hongos), chicken yellow curry con arroz jazmín, scallops con pimienta de Sechuán y unos filo hongos mini espectaculares; tres postres que como tres tristes trigres comen trigo en un trigal y aquel que no coma los tres postres pagará la cuenta... No saben el chongo que se armó.

Como todo cuento, tuvo su final: nos fuimos a dormir. Felizmente nos ayudó el buen vino que las chicas sugirieron tomar con la cena, y me imagino que a otros se les despertó el libido...

Nueva y religiosmente al gym muy temprano. Esta vez me permití una licencia y llegué a 10 para las 6am, pues nos iban a recojer a las 8.30am para llevarnos al aeropuerto Reina Rania a tomar los respectivos vuelos programados.

Como de costumbre, recolecté mi Free Check de 600 calorías que dilapidé en el desayuno, que para mí se hizo muy triste: me recordó a la Última Cena de Jesús y sus apóstoles, ya que me despedía de ese lujurioso buffet matutino que prometo recordar como el día que nací.

Después de pasar por la parte desagradable de pagar la cuenta del hotel, nos fuimos raudamente al aeropuerto, donde nos esperaba el encargado de la agencia para faciltarnos las cosas: me chanqué el dedo al poner las maletas, se olvidó el huevón y nos pasó por la cola de económica y viajábamos en business, of course (como diría la huachafa de la China Tudela) y, para colmo, a Manolo le querían cobrar US$.500.00 por tener 18 kilos de exceso. Según escuché, él le contaba al personal del counter que la balanza estaba malograda porque él no había comprado nada y lo juró, me consta, por el Señor de Sipán con cabrito a la chiclayana incluído el arroz con pato al aroma de loche... PUTA MADRE COMO EXTRAÑO EL PERÚ Y SU COCINA!

La verdad es que le creyeron (lo voy a poner en el libro Guiness), ya que no le cobraron nada!!! Me juré a mi mismo que viajaré con Manolo y Flor donde digan.... he dicho...

El VIP del aeropuerto de Amman hasta tiene mesas de billar!!! Ya para qué les describo el resto de manjares y placeres. Lo dejaré para cuando ustedes los usen. Lo mismo el Duty Free, el más grande y surtido que he visto .

En estos momentos estoy sentado en el Crown Elite de Jordain Airlines, casi aterrizando ya en Estambul con dos vodkas yo, mi princesa con sus martinis; habiendo almorzado delicioso con salmón fresco, vino y quesos franceses, y todo lo usual de esta selecta clase.

Bueno, mis queridos párvulos, pendejos, pedorros; prosigo palabras que pronunciadas por profesora Petra Pérez Pinto por puta punto digo.

Buen Apetito

A.

Jordania - Amman I

AMMAN, JORDANIA

Tomamos el vuelo en Royal Jordania - que duró algo menos de dos horas - para llegar a un moderno aeropuerto donde nos recibió el encargado de la agencia de turismo, quien nos brindó royal treatment pues sólo entregamos los pasaportes y entramos sin pasar controles, por la puerta VIP. Michelle, tan mosca, divisó el Duty Free y raudamente nos constituimos en el mismo, cual moscas en frente de un buen pastel... y, oh sorpresa, venden licor!!! Como niños en fiesta de cumpleaños, nos faltaron manos para cargar los regalos que nos brindaban las estanterías: scotch, vodka, champagne, porto y NNNN packs de cerveza Corona llenaron nuestras alicaídas alforjas.

Estamos cómodamente instalados en el bar del hotel tomándonos unos buenos vodkas Stolichnaya Elite con jugo fresco de naranja, bloody maries y camparis acompañados de buenos tentempiés, mientras alistan nuestras suites. El plan es no hacer nada más que ponernos ropa de baño todos (Flor y Olga vienen de la tienda del hotel, pues se olvidaron de su traje de baño y cuesta la friolera de 500 Dólares ya con 50 % de descuento). Creo que tendrán que pagarlos, ya que el día está muy agradable, con 30 grados y un cielo azul... Nos iremos a que nos flagele Osiris!!! Sin que nadie nos apure, ninguna presión.

Michelle se me escapó como una hora para ir de shopping al mall del hotel y se compró un juego de mesas con una bonita marquetería que le van a despachar directo de Amann a Lima. Les aseguro que ni ustedes ni yo queremos averiguar el precio del envío; mejor lo dejamos allí... Solo les contaré que lo bonito cuesta caro.

Bueno, nos fuimos todos al Spa & Pool, donde disfrutamos de los beneficios de este magnífico hotel.

Siesta obligada para todos ya que el jacuzzi nos relajó...

Tenemos opciones para cenar esta noche: puede ser Thai o Italiano, ya veremos qué decidimos pues Olga nos ha invitado a tomar un champagne a las 7.30pm.

También les comento que esta ciudad, a diferencia de El Cairo, es una ciudad un poco más occidental; recuerden que la antigua reina era extranjera. Tienen una moneda muy fuerte, está a la par del Euro y se llama Dinar. Jordania está situada en el Asia Menor.

Egipto III - Alejandría

Finalmente llegamos a El Cairo! Qué calor de m#*.... hace en esta ciudad. Felizmente estaba el bus con el AC prendido, aaah!!! Qué sed! Y lo peor es que en la ciudad nadie vende licor, salvo los hoteles y agárrate la billetera pues te dan con palo!!! Consejo hasta de un conejo: "si viajas a algún páis árabe, trae lo menos 12 botellas de vodka, 12 de scotch, 6 de pisco de a litro y, si paras en Madrid, al menos 6 litros de jerez o manzanilla; si no, te jo#@s. Ah, me olvidaba: 3 cajas de chelas (nosotros felizmente todavía tenemos stock que compramos en Madrid), más unos piscos mosto verde italia Don Santiago que compré en Lima.

Bueno, sigamos el relato. Como la las cinco de la tarde arribamos al hotelazo Four Seasons Nile Plaza, que es el lujo en pleno: los cuartos equipados con lo último de la mamá de Tarzán, el wellness center y spa no lo he visto en ningún otro hotel, y eso que he caminado harto... En fin, los 400 Euros que cuesta la habitación simple los vale de más, ya que estamos en el paraiso!!! Inclusive me pellisqué pues pensé que estaba volado.

Previo descanso y pascanita en el cuarto, con media botánica de Manzanilla de Xerez y un blister de Pata Negra originario del pueblo de Jabugo, nos dirigimos con los amigos a ver un espectáculo que teníamos programado en las Pirámides, otra historia con luz y musica. Por supuesto conociéndonos nos llevamos una botella de pisco para ir calentando los motores, pues habíamos hecho averiguaciones para ir a cenar con los amigos esa noche porque al día siguiente un grupo se iba a Milán (Patty, Coco, Myriam, Guido, Giulianna y Alfredo) y nosotros a Alejandría, tierra de Alejandro el Grande. En vista de la separación estábamos tristes y había que mitigar las penas...(nunca faltan las excusas).

Al final nos fuimos a cenar al Hotel Marriott, que nos dejó impresionados. Se trata de un palacio que perteneció al nieto de Mohamed Alí (buscar en google para que se vuelvan más sabios), que está conectado a cada lado con dos torres gigantescas de habitaciones, tiene todo lo que se puede desear en un hotel 5 estrellas y no lo voy a describir pues ustedes ya saben a qué me refiero en todo el sentido de la palabra.